La familia y la terapia familiar
estructural.
Lic.
Claudia Lorena Velez Colque
Las cosas vivas tienden a unirse, a establecer vínculos, a vivir
unas dentro de las otras, a regresar a ordenamientos anteriores,
a coexistir cuando es posible. Es el curso del mundo.
Lewis
Thomas.
La
terapia familiar estructural nace con Salvador Minuchin en 1970-1979. Minuchin trabajaba en el área clínica de un
psiquiátrico con poblaciones marginadas de Estados Unidos, con jóvenes que
presentaban problemas psicosomáticos, observó que estos al ser externados, recaían al
regresar con sus familias. [1] Esto llevó a Minuchin a reflexionar sobre sus
estrategias y buscar modificar sus intervenciones terapéuticas, considera que
la terapia estructural familiar debe ser una terapia de acción.
A
partir de sus reflexiones sobre la familia y su influencia sobre sus miembros,
desarrolla uno de sus fundamentos principales de la terapia estructural: el
contexto y la relación de los miembros de la familia como los responsables de
la aparición del síntoma, como un esfuerzo para mantener la homeostasis dentro
del sistema. (Desatnik, 2004)
Los
términos sistema, homeóstasis, síntoma son algunas de las palabras claves que
se utilizan dentro de la terapia estructural. A partir de este momento se deja
la visión centrada exclusivamente en el individuo y se amplía hacia todo el
sistema familiar, el terapeuta se vuelve un observador de las relaciones
familiares, se involucra en el sistema para generar cambios en este, realiza
movimientos estratégicos dentro del sistema acercando o distanciando a sus
miembros, cambiando las posiciones y devolviendo la jerarquía.
Según
Minuchin la familia es la matriz donde se desarrolla la identidad. Menciona que
la identidad tiene dos componentes: sentimiento de identidad y el de separación
lo que se conoce en terapia sistémica como proceso de individuación.
El sentimiento de identidad o pertenencia a un
grupo familiar se da cuando el niño se adapta a la familia y adopta las pautas
transaccionales de ella. El sentido de identidad de una persona se ve influido
por su pertenencia en varios grupos. Una
persona a su vez puede ser hija, hermana, amiga y madre.
La
separación o individuación se logra cuando el niño participa en otros subsistemas dentro de la familia y fuera de
ella.
Para
poder analizar a las familias los terapeutas deben tener un marco conceptual
del funcionamiento familiar.
La familia es un sistema que opera dentro de contextos sociales
específicos. Se compone de 3 elementos:
a) la estructura de una familia es un
sistema socio cultural abierto en proceso de trasformación. b) la
familia se desarrolla atravesando etapas
que le exigen reestructurarse, c) la familia
se adapta a circunstancias cambiantes
manteniendo su continuidad y el
crecimiento social de sus miembros. (Minuchin, 1983)
A
partir de la noción de la familia como un sistema, desarrolla el concepto base de la terapia
estructural, la estructura familiar que se entiende por: “Conjunto invisible de
demandas funcionales que organizan los modos
en que interactúan los miembros de una familia. Una familia es un
sistema que opera a través de pautas transaccionales”.[2]
Las transacciones repetidas establecen pautas de cómo, cuándo y con quienes, se relacionan los miembros de una familia.
Estas pautas sirven para regular las conductas de los miembros de la familia. Las
pautas se mantienen por dos sistemas de coacción: 1) las reglas
universales que gobiernan la organización familiar. Los padres tienen un nivel mayor de poder
sobre los hijos (jerarquías), la
pareja actúa como un equipo donde las
funciones son
complementarias.
2) la conforman las expectativas de los
miembros de la familia, relacionadas con acontecimientos diarios.
Cuando
las circunstancias cambian la estructura familiar debe tener la capacidad de
adaptarse a estos cambios, las familias atraviesan por diferentes crisis que
requieren cambios en el funcionamiento familiar, estos cambios son externos e
internos, las más comunes son las crisis
vitales que atraviesan las familias en crecimiento, estas son: nacimiento,
adolescencia, matrimonio, nacimiento de hijos, crianza de los hijos,
jubilación, muerte. Y las crisis externas que pueden ser accidentes, desastres
naturales, etc.
Minuchin
(1983) en su libro “ Familias y Terapia Familiar” plantea la diferencia entre familias con problemas transicionales las cuales
tienen problemas en la acomodación a nuevas circunstancias, y las familias
patológicas, que frente a las nuevas circunstancias (nacimiento, adolescencia,
matrimonio, etc.) incrementan la rigidez de sus pautas y límites, en estas
familias el terapeuta se involucra en el
sistema, formando coaliciones para modificar el sistema, la reestructuración
del sistema sirve para transformar las
pautas transaccionales disfuncionales.
Dentro
la terapia estructural los límites dentro de la familia son un área de
evaluación importante, en un subsistema
los límites se constituyen por las
reglas que definen quienes participan y de qué forma. La función de los límites
es proteger la diferenciación de un sistema,
el sistema familiar tiene funciones específicas y plantea demandas
específicas para cada miembro (Minuchin, 1983). Los límites en cada subsistema
deben ser claros, por un lado deben permitir el desarrollo de cada miembro del
subsistema sin interferencia, pero también permitir el contacto entre miembros
de otros subsistemas. Ejemplo: Un nuevo
matrimonio necesita un espacio propio para que los esposos puedan relacionarse
como pareja y desarrollar sus propias reglas familiares, pero al mismo tiempo
siguen siendo hijos, hermanos, tíos etc. y también se relacionarán con sus
familias de origen, visitando a sus padres en ocasiones.
Dentro
del contexto de la terapia estructural la claridad de los límites dentro de una
familia permite al terapeuta hacer una evaluación del funcionamiento familiar. Minuchin,
define tres tipos de límites familiares, los límites difusos: familias
donde los miembros se agrupan
creando un microcosmos,
la comunicación y la preocupación entre los miembros incrementan, la distancia
entre los subsistemas disminuye y los límites se esfuman. La conducta de un miembro de la familia afecta
a todos los miembros, estas familias carecen de recursos para adaptarse al
cambio y a situaciones de estrés, son familias donde es muy difícil que un
miembro pueda emanciparse, esto es vivido como una traición, se las conoce como
familias aglutinadas.
En
las familias con límites rígidos, la comunicación entre los subsistemas es muy
difícil, hay escasez de funciones protectoras dentro de la familia, los miembros de estas familias funcionan de forma autónoma,
poseen un desmedido sentido de
independencia y de liberación, a diferencia de las familias aglutinadas, los
miembros de estas familias carecen de sentimientos de lealtad y pertenencia, y de
requerir ayuda mutua cuando la necesitan. Estas familias toleran una amplia
gama de variaciones individuales entre sus miembros. Este tipo de familias
tienden a no responder cuando es necesario hacerlo, se las conoce como
familias desligadas. Ejemplo: Niños que
crecen sin los cuidados de los padres.
La
mayoría de las familias se sitúan entre el continuo de familias aglutinadas y
desligadas, conformando familias con límites claros. Por ejemplo: Familias
donde en momentos dados unos miembros se acercan más, ejemplo una
mamá con el bebé que necesita su cuidado, y etapas donde los miembros se alejan un poco, en la
adolescencia el punto de referencia y centro de atención del adolescente son
sus amigos, (grupo de pares), y los padres pasan a segundo plano, en estas
familias se permite el libre movimiento de sus miembros.
El
sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones por medio de sus subsistemas, cada miembro de la familia puede pertenecer a
diferentes subsistemas, lo que en muchas ocasiones genera confusiones dentro de
los miembros de la familia, al mezclar las funciones de cada miembro en cada
subsistema, una labor del terapeuta es hacer que la familia reconozca que aunque los miembros de la familia pertenecen
a varios subsistemas a la vez, estos subsistemas son diferentes al igual que
las funciones que desempeñan en cada subsistema. Un varón puede cumplir el rol
de padre y esposo al mismo tiempo, pero
puede ser un muy buen padre, y carecer de habilidades para ser buen esposo.
Subsistema
conyugal, se constituye cuando dos adultos se unen con la intención de
constituir una familia, este subsistema
posee tareas específicas para el funcionamiento de la familia, se requiere de
complementariedad y acomodación mutua para desempeñar sus funciones, ambos
esposos deben apoyarse mutuamente. Crear un sentido de pertenencia, pero al
mismo tiempo conservar cierta independencia en sus actividades, este subsistema
puede ser un refugio para los esposos ante los estresores externos.
Los límites dentro del subsistema conyugal
deben ser flexibles para permitir el ingreso de otros subsistemas como el de
los hijos, pero también deben tener una rigidez para proteger al subsistema
conyugal de interferencias externas como de los miembros de la familia de
origen de los esposos.
El subsistema parental, con el nacimiento del primer hijo se forma
este subsistema, al alcanzar la familia un nuevo nivel de formación, el subsistema
debe desempeñar nuevas tareas para satisfacer las demandas del nuevo
miembro, sin dejar de lado el mutuo apoyo del subsistema conyugal, los padres permiten
el ingreso del hijo a su subsistema, pero al mismo tiempo ponen límites que
permiten que se mantenga el subsistema conyugal. Según va creciendo el niño
impone más demandas al subsistema parental para su socialización, este subsistema
debe adaptarse a estas demandas. El
proceso de socialización de los hijos es conflictivo. Los padres necesitan de
un nivel de autoridad para desempeñar sus funciones. Este concepto de poder en
las relaciones familiares Minuchin lo llamo jerarquías.
Subsistema fraterno, es el conformado por los
hermanos, es el lugar para la socialización de los niños, los hermanos se
apoyan, aíslan, descargan sus culpas y aprenden uno de otro a negociar,
competir, cooperar. Aprenden a hacer amigos y reconocer sus
habilidades, estos aprendizajes pueden
ser significativos en el desarrollo de su vida, cuando los niños entran en
contacto con los demás niños fuera de la familia utilizan las pautas del subsistema
fraterno. Los padres deben evitar interferir en el subsistema fraterno para que
este tenga derecho a su privacidad y pueda cometer errores en su crecimiento.
Al hablar del subsistema parental, se mencionó
a las jerarquías, las cuales están
definidas como: “Las posiciones que
ocupan los distintos miembros de la familia con relación al
ordenamiento jerárquico dentro del sistema, y marca la
subordinación o supra-ordinación de un miembro respecto a otro”. Ósea como define la función del poder y sus estructuras la familia, orilla a una diferenciación de
los roles de padres e hijos y sirve como fronteras entre generaciones
(Desatnik, 2004).
Minuchin
se refiere a los procesos de
triangulación cuando explica los problemas que pueden existir con los límites
de los subsistemas, cuando un subsistema recurre siempre a un mismo no miembro
para resolver conflictos del subsistema. Por ejemplo cuando los padres recurren
a un hijo para evitar o alejar los conflictos que existen entre ellos.
Utilizó el término de tríada rígida cuando
los límites entre el subsistema parental
y el hijo se hacen difusos donde los hijos suben al nivel de los padres, y los
límites relacionados con la tríada padres-hijos, que deberían ser difusos, se
hacen rígidos. En la resolución de sus conflictos conyugales, los padres hacen
una utilización rígida del niño, adoptando varias formas:
1)
En la triangulación, cada padre intenta que el
hijo se una a él para ir contra el otro padre. Cada vez que esto sucede, el
padre no aliado percibe el comportamiento del niño como un ataque hacia su
persona, acarreando un sufrimiento importante en el niño al encontrarse en una
situación de inmovilización o estancamiento.
2)
En el rodeo,
las situaciones de tensión de los cónyuges se “resuelven” centrando toda la
atención en algunos comportamientos del niño, reforzando su conducta anómala,
percibiendo al niño como fuente
principal de los problemas familiares etiquetándolo como malo, desvían así la
atención de sus problemas en el subsistema conyugal, y tienen la ilusión de la
armonía. En otras ocasiones pueden
percibir al niño como débil o enfermo uniéndose para protegerlo.
3)
La coalición estable, uno de los padres se alía
con el hijo para ir en contra del otro
padre.
Estos tres tipos de tríada rígidas pueden
aparecer en familias con problemas de conducta. Minuchin relaciona estos tipos
de transacciones familiares con familias que tienen hijos con síntomas
psicosomáticos diversos. (Minuchin, 1977).
En
las tríadas el terapeuta tiene como objetivo, reestructurar la organización del
sistema, haciendo movimientos para colocar a los miembros de los subsistemas en los
subsistemas adecuados. Más tarde Haley en 1988,
desarrolla una teoría de los sistemas patológicos, centrándose en las
relaciones triádicas.
Según Haley las tríadas se
diferencian de los triángulos, en que en las tríadas la alianza del padre o madre con el hijo es consciente y
el padre o madre sabe como diferenciarse de su hijo y este mantiene a la vez
relaciones adecuadas con el otro progenitor quién es también consciente de esta
estrecha relación la cual no significa una amenaza para él comprometiéndose
fácilmente también con el niño. En cambio en un triángulo, existe una coalición
de dos miembros que poseen diferente jerarquía o que pertenecen a dos
generaciones diferentes (por ejemplo madre-hijo), esta coalición es dirigida
contra el otro miembro de la tríada (padre). [3]
El triángulo y la tríada forman parte
de un continuo, el triángulo tendría la función de disminuir la tensión de la díada,
desviando el conflicto hacia una tercera persona.
Haley definió como triángulo perverso:
a las situaciones en las que este juego familiar se torna patológico
conduciendo a comportamientos inadecuados y relaciones de violencia entre sus
miembros o a la propia disolución del sistema. Así, los síntomas
psicopatológicos aparecerían cuando la coalición no se reconoce o es negada, o
cuando estando dentro de un triángulo, se permanece en este escenario durante mucho
tiempo sin que esta situación sea consciente para sus miembros.
En el triángulo perverso los límites que
separan a los miembros de distintas generaciones se rompen de forma
inconsciente u oculta, permaneciendo durante mucho tiempo esta
circunstancia. Esto supone un problema serio para el desarrollo de la
individualidad y las relaciones sociales del individuo que está triangulado al
no ser consciente de este juego.
A partir del modelo desarrollado por
Salvador Minuchin se genera un cambio trascendental en la terapia, hasta ese tiempo la terapia estaba centrada
en el individuo y sus síntomas, sin tomar en cuenta a la familia ni al
contexto. Se trataba de conocer los procesos internos de la persona situando la
patología al interior del individuo, al
colocar la patología dentro de la persona el camino más habitual de los
terapeutas en la terapia era el de aislar a la
persona para solucionar sus problemas o el síntoma
presentado, los terapeutas creían que la influencia del medio familiar en la
terapia podría ser contraproducente en la efectividad del tratamiento.
El nuevo enfoque de Minuchin permitió
incluir a la familia y al contexto en la terapia, cuando en lugar de centrarse
en el individuo (Paciente identificado), se centra en la familia y sus
relaciones que generan y mantienen el síntoma. La terapia estructural familiar
es un cuerpo de teoría y técnicas que estudian a la persona en su contexto
social, en la terapia se intenta modificar la organización familiar que da
lugar al síntoma.
A partir de sus observaciones desarrolla
tres axiomas que son la base de la terapia estructural:
1)
La vida psíquica de un individuo
no es exclusivamente un proceso interno. El individuo influye sobre su contexto
y es influido por éste mediante secuencias repetidas de interacción.
2)
Las modificaciones en la estructura
de un sistema contribuyen a la producción de cambios en los comportamientos y
consecuentemente en los procesos psíquicos internos de los miembros de ese
sistema.
3)
Cuando se trabaja con un individuo
o con su familia, su comportamiento se incluye en ese contexto socio-cultural. [4]
El enfoque relacional de la terapia
estructural permite al terapeuta una visión ampliada del problema presentado
por el individuo, cuestionando que el paciente identificado sea el
problema, viéndolo como el portador del
síntoma, el síntoma es un esfuerzo de la familia por mantener el sistema, el trabajo del terapeuta es modificar la
organización familiar a través de diferentes técnicas. Minuchin desarrolla
diferentes recursos para evaluar la organización familiar,
los cuales están expuestos anteriormente,
los límites, subsistemas y sus funciones, jerarquías y las alianzas y
coaliciones a través de las tríadas, una vez realizado un diagnóstico adecuado
de la organización familiar pone en prácticas estrategias para la
reestructuración familiar, el terapeuta
al facilitar modalidades alternas de
interacción en el sistema, cambias las posiciones de los miembros de la familia
y modifica la experiencia del individuo
y de la familia, y sus experiencias subjetivas. A diferencia de los demás
modelos terapeúticos, el terapeuta al ingresar y salir del sistema se vuelve
parte de él para generar el cambio esperado.
La terapia estructural es la base de la
terapia sistémica, las terapias desarrolladas posteriormente terapia breve,
terapia centrada en el problema, terapia centrada en soluciones, terapia
estratégica y terapia narrativa se desprenden de los axiomas postulados por
Minuchin.
Es importante mencionar que si bien este
modelo ha sido muy eficaz en la resolución de problemas una de las críticas más
grandes a la terapia estructural ha sido
que este modelo al centrarse en la familia y en sus relaciones ha dejado
de lado la individualidad pasando por
alto la historia personal y los
procesos internos del individuo.
Casi 50 años después de haber desarrollado la terapia estructural en su libro “Evaluación de Familias y Parejas,
del Síntoma al Sistema”, Minuchin reconoce
que la terapia estructural en sus inicios no tomó en cuenta los procesos psíquicos del individuo, menciona que en la
actualidad mantiene los conceptos
fundamentales de la terapia estructural,
esto es: organización familiar, límites, jerarquías, subsistemas,
tríadas, pero además trabaja en la historia personal y los procesos
psíquicos internos de la persona los cuales dan significado a su
experiencia, refiere que con el pasar
del tiempo su estilo terapeútico ha cambiado, y que ha usado técnicas de muchos
autores sistémicos (Haley, Goolishian, Virginia Satir, De Shazer) entre otros,
las cuales él las ha moldeado a su estilo, revisando constantemente sus
intervenciones con el fin de mejorarlas.
Concuerdo
con Minuchin cuando dice que con el pasar de los años y la experiencia
adquirida el estilo terapéutico individual también evoluciona, crece, al igual
que nuestro conocimiento, el estar en una actualización permanente de teorías,
técnicas, modelos es un deber moral, revisar las intervenciones con nuestros
pacientes es primordial para ver qué podemos hacer mejor durante la
terapia, una misma técnica puede ser
utilizada por varios terapeutas de diferentes formas ya que cada terapeuta le
pondrá su estilo propio el cual está de acuerdo con su personalidad. El
mantenerse rígido en un solo enfoque impide el crecimiento, el creer que somos
“todo poderosos” y “los expertos” en el
problema del paciente, lejos de hacernos buenos terapeutas nos hace soberbios y
nos aleja de ellos, el conmovernos con
el dolor de las personas y el ser humildes con nuestro conocimiento,
reconociendo que tenemos limitaciones, facilitará el proceso terapéutico y el adecuado
relacionamiento con la familia para alcanzar nuestros objetivos dentro la terapia.
Bibliografía.
1.
Modelo Estructural, Salvador Minuchin, http://maestriaterapiafamiliarunam.weebly.com/uploads/6/1/1/9/6119077/modelo_estructural_monografia.pdf.
2.
INFAD Revista de Psicología
International Journal of Developmental
and Educational Psychology, Nº1, 2009. ISSN: 0214-9877. pp:473-482.
3.
Salvador Minuchin, Michel P Nichos, Wai
YUng Lee. “Evaluación de familias y parejas del síntoma al sistema”. Paidós 2011.
4.
Salvador Minuchin. “Familias y Terapia
Familiar”. Gedisa 1983.
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