PSICOTERAPIA FAMILIAR: UN ENCUENTRO
HACIA LA LIBERTAD
POR:
PAMELA FERREIRA VACA GUZMÁN
PSICÓLOGA
/PSICOTERAPEUTA
“Un psicólogo no le dirá lo que
tiene que hacer con su vida, le hará analizar las variables, diferentes
perspectivas, posibilidades, le hablará desde la ciencia sobre su motivo de
consulta, le planteará estrategias creativas. Pero al final usted decide que
quiere hacer con su vida”
Anónimo
A lo largo de los años la psicoterapia ha ido
evolucionando, en un principio el trabajo se centraba más en la persona, sin
embargo en el transcurso del tiempo surge la terapia familiar, donde uno de los
pioneros para el trabajo terapéutico es Carl Whitaker quién señala que cada
individuo que forma parte del sistema familiar es importante para el proceso
terapéutico, por ello el objetivo de la terapia familiar es un crecimiento
personal mediante el cual se debe debilitar al síntoma para dar impulso y
empujar a la familia a sanar.
Whitaker señala que cada uno de los miembros de la
familia son capaces de jugar y crear, por ello el terapeuta debe desarrollar
habilidades como ser la espontaneidad, ser convincente y auténtico y debe
propiciar en la familia estos aspectos para que cada miembro pueda ser él mismo
para promover la expresión de sentimientos y emociones.
Es por esta razón que para el autor es importante
que todos los miembros de la familia participen en el proceso terapéutico, esto
quiere decir que se debe incluir a la 1ra, 2da y en lo posible hasta la 3ra
generación, ya que mientras más amplia sea la familia, más enriquecedora es la
información respecto a las características de la familia y el síntoma con el
cual llegan a la consulta.
Una vez que la familia asiste a consulta el
terapeuta debe adentrarse en el mundo del otro, debe centrarse en aspectos
positivos de la familia, los recursos con los que cuenta, debe optimizar sus
recursos para conocer a cada miembro de la familia pero no desde una mirada de
experto, sino al contrario siendo más auténtico y humano, es decir siendo el
mismo, con todos los recursos personales que el posee.
El objetivo de que el terapeuta actué siendo
auténtico, contribuye a que cada miembro se sienta libre de ser él mismo,
sienta la libertad de sentirse enojado, triste, feliz sin que se sienta
cohibido de expresar sus emociones y es ahí donde se crea un ambiente de
libertad y seguridad, donde paciente y terapeuta se vuelven co creadores de una
nueva dinámica de interacción, donde el objetivo principal es movilizar a la
familia para que realicen acciones diferentes y nuevas a las que cotidianamente
desarrollaban, bajo esta dinámica es cuando surge el verdadero encuentro
terapéutico.
Whitaker cree que la gente ha olvidado cómo entender
y expresar sus sentimientos y permanece en un estado “congelado”. El principio
del trabajo terapéutico es la “descongelación” y esto se convirtió en una de
las reglas del trabajo con la familia.
Adentrándonos en el desarrollo de la teoría que
plantea dicho autor, primero debemos señalar que como terapeutas debemos tener
claro que el matrimonio está compuesto por dos personas que provienen de
diferentes familias, cada familia cuenta con componentes culturales, sociales,
ideológicos diferentes. Por ello señala que cuando recibimos a una familia
debemos identificar qué tipo de matrimonio es y en qué etapa se encuentra.
Una vez recibida a la familia e identificados los
aspectos señalados anteriormente, tenemos un largo camino que recorrer para
conectar ambos mundos llamados familias el de la esposa y el esposo para
entablar una comunidad donde se respete la individualidad, se debe desarrollar
la unidad y la integridad social y psicológica y se debe propiciar la
tolerancia a las diferencias.
El enfoque de Whitaker se centra principalmente en
los mitos familiares y las normas relativas a la expresión de los sentimientos.
Por ello el involucrar a todos los miembros de la familia hasta en tres
generaciones es importante para que ellos se conviertan en aliados en vez de un
obstáculo para el proceso terapéutico, así mismo el incluir a los niños en el
trabajo terapéutico contribuye a que ellos les enseñan a sus padres sobre la
honestidad y espontaneidad, ya que aunque ellos no están sumergidos en el
problema con las características de autenticidad que poseen también son
facilitadores en el trabajo del terapeuta.
Whitaker introdujo la idea de la “Batalla de la
estructura” y “Batalla por la iniciativa”. El primer concepto hace referencia
al análisis de la estructura familiar en ella están inmersas los mitos,
creencias, alianzas, recursos con los que cuenta la familia y que el terapeuta
debe identificar y promover los recursos positivos para movilizar y generar un
cambio en la dinámica, esto lo realiza desde una posición externa pero
facilitadora para promover el cambio. El segundo componente que es la Batalla
por la iniciativa hace referencia a que el terapeuta debe generar un espacio de
presión y persuasión el cual carece de directrices claras y obliga a la familia
a generar sus propios recursos de afrontamiento y tomar el asunto en sus
propias manos.
Dada la situación señalada por Whitaker donde, en el
encuentro terapéutico están inmersas las emociones y recursos personales de la
familia y el terapeuta, él señala que es importante contar con un coterapeuta
quien podrá identificar las reacciones contratransferenciales que el terapeuta
pueda tener y ayudarlo a salir de las trampas emocionales en las que pueda
estar inmerso, además este trabajo en equipo permite interactuar selectivamente
con los diferentes miembros de la familia y los diferentes subsistemas.
Dentro de las características de la psicoterapia
familiar, el autor identifica tres etapas primordiales en el proceso, las
cuales son:
1. Etapa temprana o inicial: Cuando el terapeuta
familiar determina su posición y quién es responsable de qué en el sistema
terapéutico, el terapeuta toma las riendas de cómo se va a llevar a cabo el
proceso terapéutico, quienes vendrán a la sesión, en que momento, cuándo,
dónde, por cuanto tiempo, el terapeuta debe asumir una posición de poder y
dominio al interior de la familia, en esta etapa se ve claramente como bien
señala el autor la batalla por la estructura.
2. El centro del escenario: Cuando la familia está
trabajando para cambiar su sistema, en esta etapa el tratamiento se centra en
que la familia identifique sus propios recursos y deben tomar el control de la
situación y de sus propias vidas, la iniciativa debe venir de ellos, el
terapeuta debe propiciar la expresión de sentimientos, propiciar la toma de
decisiones, ésta etapa es también llamada la batalla por la iniciativa.
3. El terapeuta y la familia divididos: Cuando el
terapeuta devuelve las riendas a la familia. En esta etapa es cuando se forma
el acuerdo entre el terapeuta y la familia y es aquí donde surge la alianza
terapéutica la cual Whitaker la describe de la siguiente forma “Estoy tratando
aquí con la familia como un todo que es mayor que la suma de sus partes. Yo soy
capaz de considerar siempre a la familia como un solo cuerpo de múltiples
facetas, todas las partes que están relacionadas entre sí, y que este hecho
permite una alianza con ellos. Aunque para el observador externo puede ser
lejos de ser evidente, mi experiencia dice que la familia siente que están
interesados en mí como un todo”.
Si partimos de esta premisa ahí surge el verdadero
encuentro terapéutico donde en la relación terapeuta – familia, se convierte en
un encuentro terapéutico liberador ya que es personal y auténtico, el terapeuta
se encuentra en la libertad de confrontar a los miembros de la familia y
posibilita a los miembros a actuar de forma libre y creativa.
Sin embargo en este encuentro terapéutico puede
surgir el impase donde la familia llega a un estancamiento, en esta etapa el
terapeuta debe recurrir a sus recursos creativos como invitar a más miembros de
la familia o a un tercero, con el objetivo de movilizar y propiciar el cambio
en la familia.
Una vez que se logra movilizar a la familia se puede
lograr que la misma comience a trabajar con sus problemas, ahí él o los
terapeutas actúan como padres de familia que enseñan a sus hijos a ser más
independientes, propician la toma de decisiones, brindan apoyo y seguridad para
que la familia afronte nuevos retos, por ello el terapeuta en la etapa inicial
debe insertarse en el sistema de forma natural, siendo el mismo, siendo una
persona que tiene virtudes y defectos, por ello se debe mostrar tal cual es.
Si en el proceso terapéutico, el terapeuta
identifica un estancamiento, o un sentido de daño a la familia, debe tomar la
iniciativa en sus propias manos y puede continuar la terapia con los
subsistemas de forma individual o propiciar el corte y derivación, o puede
solicitar el apoyo de un coterapeuta.
Cabe señalar que la psicoterapia de Carl Whitaker es
inseparable de la implicación emocional y personal en el proceso terapéutico,
el terapeuta ante todo es una persona que trae consigo sus sentimientos,
pensamientos, miedos y estos aspectos pueden favorecer o entorpecer la terapia,
por ello el coterapeuta es necesario en este proceso ya que contribuye a sacar
del abismo en el cual se puede sumergir el terapeuta si cae en una relación
contratransferencial.
En todas las etapas mencionadas se utilizan
diferentes técnicas las cuales contribuyen a la interrupción de la dinámica
familiar, entre las cuales se puede mencionar según el autor la nueva
definición del síntoma, ofrecer alternativas fantásticas y confrontación
afectiva.
La nueva definición del síntoma, hace referencia a
desenmascarar el síntoma para cambiar la actitud de la familia hacia el
problema.
En mi experiencia como terapeuta infantil, pude
observar que los niños traviesos, malcriados y desobedientes actúan de esta
manera porque en realidad no son capaces de expresar claramente las necesidades
afectivas que poseen, es decir tratan de llamar la atención de sus padres
portándose mal, siendo agresivos porque les es difícil decir “Papá o mamá ¿Por
qué no me prestas atención? ¿Qué acaso no me quieres?”, el síntoma surge como
una necesidad de auxilio que pide socorro, el terapeuta debe redefinir esto y
utilizar los recursos positivos de la familia para minimizar y desarmar al
síntoma.
Para ello puede utilizar alternativas fantásticas, utilizando
preguntas como por ejemplo: ¿Qué pasaría si?..., es brindarle a la familia
opciones que no habían pensado aún, utilizar recursos creativos, absurdos, para
movilizar a la familia y llevarla a la acción para que no se comporten de forma
habitual.
Whitaker también habla sobre la confrontación
afectiva, donde el terapeuta entra en confrontación con los miembros de la
familia, propicia la comunicación entre ellos, facilita la expresión de
sentimientos y los insta a comportarse de forma más activa, propicia la
expresión de ira, aburrimiento, tristeza, disconformidad lo cual genera un
fuerte efecto en la familia, la revoluciona al punto de generar una
reorganización y es ahí donde se produce un salto emocional de libertad, donde
la familia expresa sus sentimientos de amor, apoyo, se enseña a la familia a
utilizar el contacto físico, se desarrolla una comunicación abierta donde
existe la libertad de usar malas palabras, dejar de lado convencionalismos y
estereotipos.
Y es ahí donde surge el enfoque experiencial donde
Whitaker señala que el absurdo y la espontaneidad son las principales
características de su técnica, las cuales son efectivas en el proceso
terapéutico ya que en ella se desarrolla el crecimiento personal, la formación
de la individualidad y la autonomía.
Tomando en cuenta el trabajo realizado por Carl
Whitaker es importante destacar que el ve al terapeuta como un agente creativo,
capaz de desarrollar el crecimiento de cada uno de los miembros de la familia a
través de la apertura a nuevas experiencias que contribuyen a debilitar al
síntoma.
En su libro Danzar con la Familia Whitaker, hace
referencia a que la terapia es un arte, ya que obliga al terapeuta a
desprenderse de la teoría y ser el mismo para poder comprender y sumergirse en
el mundo de cada uno de los miembros de la familia, el terapeuta tiene que
tener la capacidad de conocer a profundidad a cada uno de los miembros que
componen el sistema, compartir sus experiencias, vivencias, miedos. El
terapeuta debe explorar ambos mundos el del esposo y su familia de origen, el
de la esposa y su familia de origen e identificar todos los aspectos
convergentes y divergentes para desarrollar y potencializar un punto de
encuentro entre ambos mundos donde surja la comprensión el amor, la
comunicación, la expresión de sentimientos, la aceptación de las diferencias y
desarrollar la autonomía.
Además en su libro el Crisol de la familia señala la
importancia que la autonomía, la
liberación, el crecimiento y atrevimiento personal permite a cada uno de los miembros
de la familia a mirar su propia imagen interna. Según Whitaker “La libertad de
elección es el derecho del individuo a ser él mismo”, éste aspecto marca la
línea de trabajo terapéutico donde se manifiesta plenamente el concepto de
libertad ya que en el encuentro terapéutico se trabaja en la aceptación de cada
persona que compone la familia con sus defectos y virtudes, pero también la
aceptación del terapeuta como persona, la cual también viene con defectos y
virtudes, ambos (paciente – terapeuta) actúan y co crean una nueva forma de
relacionarse y actuar, en total
libertad, logrando así un encuentro liberador, espontaneo y auténtico, asimismo
señala la importancia de la expresión de emociones y sentimientos para crear
redes significativas al interior de la familia.
En lo que respecta a la labor del terapeuta es
importante destacar que, al ser un agente activo debe escuchar, recibir y
analizar el sufrimiento, debe ser y estar en el encuentro terapéutico, debe
exigir y exigirse, debe acompañar y compartir el crecimiento de la familia para
dar un aire fresco a la habitación en penumbra que temporalmente comparte el
terapeuta y la familia.
Referencias:
1. Whitaker C., Bailando con la familia: La terapia
familiar: un enfoque simbólico basado en la experiencia personal/Traducido. de
Inglés. Arizona Shapiro.- M:. Una firma independiente Clase (Biblioteca de
psicología y psicoterapia) - p. 119
2. Whitaker C.
Midnight Musing of a family therapist. Reflexiones
familia/Trans. de Inglés. Michigan Zavalova.- M:. Una empresa de clase
independiente (Biblioteca de la psicología y la psicoterapia).- 1998. - 208 p.
3. Eydemiller EG, Yustitskis B.
Psicología y Psicoterapia de la familia.- 3ª ed.- SPb: Pedro, 2002. - 656 con:
il.- Serie" Fondo de oro de la psicoterapia»
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